Entre 2019 y 2022, el secuestro en México tenía una tendencia a la baja, las cifras de 2023 ya apuntaban a un posible repunte, pero los datos de 2024 confirman esta preocupante alza, planteando la interrogante sobre sus causas. Un análisis de las cifras revela señales importantes.
En 2024, se registraron 894 víctimas de secuestro a nivel nacional, es un incremento del 5.9%, respecto a 2023. Chihuahua es la entidad más afectada, con un total de 206 víctimas, la cifra más alta registrada en el estado, y una tendencia que continúa en ascenso.
Dentro de Chihuahua, Juárez es el municipio con mayor incidencia de secuestros en todo el país, registra 44 carpetas de investigación, 15.8% más que en 2023, resulta alarmante debido al flujo migratorio en la región. Hay que recordar que dentro de una carpeta de investigación puede haber “n” cantidad de víctimas.
En noviembre de 2024, la fiscalía estatal de Chihuahua reconoció que Juárez es el principal punto de secuestros de migrantes en la entidad. El Instituto Nacional de Migración reconoce que sólo 49 migrantes denunciaron haber sufrido secuestro o retención durante al año.
La organización Alto al Secuestro comenzó un conteo específico, entre marzo y diciembre de 2024, enumeran que al menos 738 migrantes fueron víctimas de secuestro o retención, principalmente secuestros masivos en los que se les obliga a contactar a sus familiares para exigir un pago por su liberación.
Esta discrepancia entre cifras oficiales y estimaciones independientes subraya la posible subestimación del problema, y que un poco de esta problemática esté apenas brotando en las cifras oficiales de víctimas de secuestro del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Los miles de migrantes que atraviesan nuestro país, no sólo se enfrentan a las dificultades propias del viaje, como la falta de recursos, la exposición a peligros naturales y la discriminación, en su tránsito también son acechados por integrantes del crimen organizado, quienes han encontrado una población vulnerable de la cual aprovecharse.
P.D. Cuando revisé los datos creí que el aumento en los secuestros se debía a la situación de violencia en Sinaloa que había estallado a principios de septiembre, sorprendentemente el SESNSP no registró una cifra atípica en la entidad, supongo que ante el desconocimiento si el secuestro es una desaparición o un homicidio.
